XXIII. AGRADECE:
Una de las claves para mantener tu
conexión con tu yo más profundo, que es lo mismo que decir con la vida que te
rodea es agradecer.
Cuando eres capaz de agradecer cada
uno de los pequeños actos con los que la vida te dona. Cuando puedes ser
consciente de la inmensa suerte de estar vivo, de ser consciente, de haber sido
capaz de sentir amor, de sentir la brisa del aire en la piel. Cuando puedes
volver la vista al cielo y descubrir una nube blanca como si fuese la primera
vez, después de meses de no mirar al cielo y agradecer ese formidable espectáculo
que puedes contemplar como si fuese sólo para ti y das las gracias, entonces
eres afortunado.
En ese momento eres merecedor de la
vida, de la consciencia y del amor. En ese momento saldas tu deuda. En ese
momento estas en paz con lo recibido. En ese momento eres digno de seguir recibiendo.
En ese momento no robas, sino que eres colmado con lo que te mereces y atraes
el bien a tu vida. En la medida en la que tú te comprometes, la vida y la
consciencia lo hacen contigo. Tu iniciativa siempre genera un reflejo positivo
al otro lado.
Se siempre lo más generoso que puedas
ser. Ayuda siempre que te tengas la suerte de hacerlo. No mires hacia otro lado
cuando puedas responder. No te excuses con frases hechas ni razones manidas. Déjate
ir cada vez que puedas acompañar, apoyar o simplemente estar.
Había una hermosa historia en la que
el protagonista dejaba una moneda en cada sitio en el que había sido feliz.
Ojala tengas que cambiar billetes con frecuencia para responder a la
generosidad de la vida.
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